Por fin hoy se supo quiénes
son los galardonados este año con el Premio Nobel de Economía. Nuevamente los
elegidos van sobre aspectos de economía aplicada.
El británico Oliver Hart
y el finlandés Bengt Holmström. Ambos, han tenido un gran impacto en la forma
como se conceptualiza los contratos hoy en día. Hart junto a Grossman en 1986,
a partir de sus estudios sobre la naturaleza de la empresa, enfatizaron la
importancia de los derechos de propiedad y su implicancia sobre los incentivos
en cualquier contrato.
Analizaron que no existe contrato perfecto, porque no
todo puede ser especificado, y por el contrario siempre habrá aspectos no
contemplados que surgen en un futuro lleno de incertidumbre, apareciendo
derechos residuales, que pueden generar conflictos entre las partes. Por
ejemplo, si su contrato de alquiler no dice nada sobre el pintado de la
fachada, entonces legalmente sería obligación del dueño.
En tal sentido señalaron,
la disyuntiva no es entre un contrato completo (cooperativo) y otro incompleto
(no cooperativo), sino en decidir el contrato óptimo entre contratos
incompletos con diferentes asignaciones de derechos residuales en condiciones
de incertidumbre. Con ello, sentaron indirectamente las bases de la
tercerización que se ha impuesto en la sociedad en las últimas décadas.
Por su
parte Holmström, analizó los contratos bajo relaciones de agencia, donde un
principal delega en un agente la realización de algún servicio, pero donde
existen dificultades para el control del esfuerzo real. La idea es que para asegurar
que el agente realice su mayor esfuerzo es necesario que los contratos puedan
alinear adecuadamente los incentivos. Por ejemplo, una persona que adquiere
varios vehículos y contrata choferes con un sueldo mensual para que los manejen,
no resulta un contrato alineado a los incentivos de ambos ya que nada asegura
que los choferes hagan su mayor esfuerzo, total igual cobrarán su sueldo
mensual.
Por ello, el contrato más óptimo en este tipo de negocio es el
alquiler por un monto fijo diario, de tal suerte que se alinea el objetivo de
ambos, es decir, el de la mayor ganancia por el activo y el mayor esfuerzo del
chofer para quedarse con la ganancia luego de cubrir el pago al dueño del
vehículo. Un merecido premio. Un detalle mayor sobre sus teorías pueden ser vistos en el curso de Organización Industrial de este blog.
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