domingo, 19 de abril de 2009

EL EFECTO MANADA

En el mes de febrero la producción nacional según el INEI fue de solo 0.19%, menor al 2.2% que había estimado el MEF y la mayoría de analistas que lo estimaban en 1.8% (según información del Diario Gestión - jueves 16 de abril). La gran pregunta es porque todos los analistas se vienen equivocando tan rotundamente, al margen de las explicaciones del ministro de economía? Veamos.
Cuando el gobierno manifestaba que el país estaba blindado y que la economía se vería ligeramente afectada por la crisis internacional, lo que buscaba era generar las expectativas positivas necesarias para que los agentes mantuvieran sus decisiones de consumo e inversión, y ello ¡está bien!, ya que es necesario inyectar confianza a los agentes, pero que el resto de los analistas privados también se hayan puesto esa camiseta tan optimista, resulta al menos sorprendente. 

Aunque pensándolo bien, la ciencia económica ya estudió este efecto que algunos denominamos "el efecto manada" (ojo no se ofenda nadie que solo es un término para graficar lo que sucede). En términos de la Teoría de Juegos este comportamiento responde al típico juego de la seguridad. Este efecto se presenta cuando desde el lado de los organismos públicos que supuestamente tienen mayor nivel de información, realizan una predicción sobre las variables económicas, decir lo contrario resulta riesgoso, por ello incluso a los analistas del sector privado, les provoca decir mas o menos lo mismo que lo que dice la mayoría, con ligeras diferencias de grado, además del incentivo que existe por promover este optimismo para que la situación no varíe.
Sin embargo, no todos los analistas piensan así, algunos, solo algunos (el más visto últimamente es el economista Kurt Burneo que ahora si tiene puerta abierta en los medios de comunicación), predijeron situaciones distintas obviamente a la baja, pero los medios no les prestaron mucha atención. Claro, cuando un analista sigue a la manada el costo de equivocarse no es muy alto, ya que al final, siempre se le puede echar la culpa a la incertidumbre que existe en la economía mundial sobre los errores de predicción y puesto que todos se equivocaron el costo se diluye, pero decir algo distinto resulta altamente riesgoso ya que si se falla el prestigio puede verse altamente deteriorado y terminar en el baúl de los recordados economistas, pero si acierta, claro está, pasa a ser de esos jóvenes economistas que se han hecho famosos prediciendo algo a lo que nadie atino. 

Esto no solo pasa en el Perú, y prueba de ello los tenemos en el contexto internacional con Stiglitz y Krugman, dos premios Nóbel de Economía cuyas predicciones echan tierra a los pronósticos de los analistas de varios bancos globales y por lo cual son fuertemente criticados.
El asunto es que ya no vale decir el porqué nos equivocamos, sino arriesgarse a ser honestos con los que pensamos. En el mes de enero un colega de la universidad me preguntó cuanto llegaría a crecer el PBI este año y le dije que llegaría a niveles cercanos al 2.5% cuando todos hablaban de 5%, el problema es que si crecemos a ese ritmo, resultaría insuficiente para generar nuevos puestos de trabajo. 

Así que a partir de ahora la cosa ya no se ve tan animada y lo mejor sería realizar pronósticos menos optimistas, ya que los mas perjudicados siempre serán los ciudadanos que obviamente manejan mucho menor información y simplemente rigen sus decisiones precisamente por lo que dicen los analistas, a fin de que ajusten sus decisiones de consumo a una situación de ingreso permanente a la baja (al menos hasta mediados del 2010 que es un horizonte de mediano plazo para los ciudadanos) y no de ingreso presente.