viernes, 2 de octubre de 2009

TEORÍA DE JUEGOS Y POLÍTICA


En mi modesta opinión, las elecciones pasadas nos dieron una lección magnífica de cómo se gana una elección. Alan García haciendo uso de una habilidad política impresionante, supo ponerse al centro del espectro político dejado por los demás candidatos y ganar la presidencia. 

No soy hincha de García ni mucho menos, pero debo reconocer que fue muy astuto y supo interpretar el panorama político. Lo que practicó, fue lo que en política se denomina “El Teorema del Votante mediano”, es decir se situó al centro, arrimando hacia la derecha a Lourdes Flores y empujando hacia la izquierda al Comandante Humala. 

Es un poco lo mismo que hizo Tony Blair en Inglaterra para ganar las elecciones en 1997. Ello ocurre porque como bien nos dice el teorema, si pudiésemos representar las preferencias de los votantes en una línea unidimensional, obtendría más votos aquel que refleje mejor las preferencias del votante mediano. Este es finalmente el resultado del análisis de la teoría de juegos con estrategias iterativas dominadas.

Sin embargo, no basta con decir que uno es de centro, ya que no se trata de capturar el voto de los votantes centristas sino de situarse al centro respecto de los otros. En un esquema multidimensional, es decir, donde las preferencias de los votantes se encuentran dispersas entre diversas características de lo que reflejan los candidatos, por ejemplo, una dimensión puede ser lo que queremos respecto de la educación, otro lo que queremos respecto de la economía, etc., el asunto se hace más complicado, aunque el resultado final es el mismo si se analiza adecuadamente. Por lo tanto, ¿Qué hace falta para ganar la elección?: comprometerse con diversas medidas para capturar en cada dimensión las preferencias del votante mediano.

Esto fue un poco lo que hizo García, por ejemplo, al pelearse de boca en plena campaña con el presidente de Venezuela Hugo Chávez. Por el otro lado, fue importante tildar a Flores como la candidata de los ricos, aunque quizá más importante en ello fue el trabajo de sus operadores políticos de base. Claro que esta estrategia fue posible dado el contexto que se vivía, donde ya teníamos 6 años de vuelta a la democracia, dos presidentes habían pasado luego del catastrófico final de Fujimori y se sentía una estabilidad económica y esperanza de crecimiento.

¿Qué podemos esperar para las elecciones del 2011? Bueno, García sabe que su partido difícilmente puede volver a ganar, más aún cuando ha hecho lo que muchos presidentes atrás han hecho, es decir inclinarse a la derecha (al menos así lo percibe la gente). Pero si es cierto, que puede inclinar la balanza para hacer que alguien no gane. No es novedad, él mismo lo dijo. El tema es como se está moviendo el panorama político.

Creo que una de las razones por las que Castañeda no habla es para que no lo arrinconen tempranamente como de derecha, ya que sabe que difícilmente la derecha gana en el Perú. Seguro que faltando muy poco para las elecciones anunciará su candidatura, aunque sólo está sólido en Lima y su tierra Chiclayana. Tendrá que buscar dar una imagen más nacional, quizá refugiándose en las obras, en la eficiencia, eso siempre funciona como elemento neutral. El otro candidato natural será Toledo, que se está manejando hábilmente. Me hace recordar el famoso problema de la teoría de juegos del entrante y el incumbente, donde una buena estrategia cuando ya existe alguien fuerte en el mercado (el gobierno), es entrar, picar algo del mercado y salir rápido, siempre que no existan barreras a la entrada, que en este caso podría ser una denuncia penal que lo neutralice y que el gobierno ha estado buscando sin resultados. 

El problema para él, está en como se va ha defender cuando ya se inicien los fuegos artificiales de las campañas, porque digamos que muy elocuente no es, aunque muchas veces puede ser favorable para el sector de votante mediano. Como manejar las pullas de los adversarios será lo más difícil. Quizá deba concentrarse en los logros de su gobierno, y no atacar ni ironizar tanto con sus adversarios, porque no lo veo como un buen peleador callejero.

Humala está tratando desde hace mucho de polarizar lo más que pueda al electorado, lo cual está haciendo bien y el partido de gobierno desdeña con razón, así; ese caudal lo puede tener fijo ya que él está por delante de esa línea del espectro. La pregunta es si podrá polarizar lo suficiente para pasar a la segunda vuelta, en un país en que tradicionalmente los radicales son minoría al momento de la votación. Por eso se está apurando, porque más cercano a la elección se debe moderar para poder situarse más al centro. 

La Sra. Fujimori tiene el añorado caudal que le dejó su padre, pero tendrá que dejar el discurso de él y articular uno propio, sino se va ha desinflar, ya que si bien el gobierno de su padre tiene méritos que ofrecer, también tiene muchos inconvenientes que sus adversarios capitalizarán al máximo. Debe dejar de mirar atrás y ver el futuro, es lo que busca la gente.

A los demás candidatos, no los veo como alternativas activas relevantes, son más bien jugadores pasivos, aunque como dirían los angloparlantes “last but not least”, es decir no por ello menos importantes. Además, nunca debe perderse de vista la posibilidad del outsider, aunque ya debería a estas alturas ser visible, sino le faltará tiempo. Yo por cierto creo que la gente decide su voto en la última semana, pero se forma una terna muchos meses antes. Si el outsider no está en dicha terna difícilmente entrará faltando pocas semanas. De lo que sí estoy seguro es de que habrán muchos candidatos, pero ya por una cuestión de negociación de intereses previa a la segunda vuelta, donde se tendrá la posibilidad de obtener réditos políticos con otros fines. Aquí podría reconocerse que algunos juegan un juego político propio y la elección es solo un subjuego.

Quizá los que mayor provecho le sacarán al juego político electoral, serán los que reconozcan esas dimensiones que suelen estar escondidas en la mayoría de elecciones, pero que están siempre presentes en la búsqueda del ciudadano común, es decir la posibilidad de equilibrar el mercado fortaleciendo el Estado, propuestas políticas concretas en el tema de la seguridad, de la salud (tema fundamental), una concepción nueva de respeto al ciudadano, transformaciones en el plano político, transparencia, ética, en pocas palabras más bienestar no tangible.

De hecho que estas elecciones del 2011 serán muy interesantes para cualquier analista político, y seguro que veremos golpes bajos, caídas, tropezones, nuevas pataditas, en general "estrategias", unas buenas, otras muy malas. Solo recuerden que en el Perú “el que se pica pierde”, en otro sentido, elimine las estrategias dominadas.