lunes, 18 de mayo de 2009

LA VUELTA DEL HIJO PRÓDIGO : LAS FINANZAS

Como todo buen economista sabe, la microeconomía es la columna vertebral de la ciencia económica, de la cual parten en su esencia las demás ramas del conocimiento como la macroeconomía y las finanzas, basta abrir sino cualquier libro de economía de la rama que sea para ver que siempre hace uso del instrumental fundamental de la microeconomía. Sin embargo, en los últimos tiempos, el hijo pródigo, las finanzas, adquirió mayoría de edad y se fue de la casa, vale decir se apartó de los fundamentos esenciales de la economía. 

¿Cómo así?, pues la microeconomía basa todos su análisis en las preferencias de los individuos, el ingreso, los precios de bienes y factores, el poder de mercado y la incertidumbre. Esta última ha sido un tema muy estudiado en el campo de las finanzas, donde se ha dado su mayor desarrollo, a tal punto que el loable objetivo inicial de minimizar el riego, se fue convirtiendo en un manejo "oportunista" de este, transformándolo en un juego de casino (de allí el apelativo de que vivimos en una "economía casino"). Es claro que el mundo de las finanzas se ha apartado del mundo real de la microeconomía, y ello tenía que estallar en algún momento. 

Muchos creen que la gran crisis se la debemos a un grupo de banquero avariciosos, nada mas incompleto, la gran crisis mundial que vivimos hoy, es el resultado de la informalidad en que se dejó estar a las finanzas, y a la forma de actuar propia de "los seres humanos", no solo de los banqueros. Póngase a pensar, si usted trabajara en un banco de inversión y debe colocar papeles financieros respaldados en transacciones que a su vez están respaldadas en otras transacciones y que a su vez están respaldadas en otras transacciones que no conoce, y piensa que ello no es algo bueno y se lo fuera a decir a su jefe, seguro que al día siguiente estaría en la calle, en cambio si no lo hace, obtendría un bono formidable a fin de año que le permitirá comprarse una casa hermosa. ¿Qué decidiría?. Si, ya se que muchos dirán ¡vaya pero yo no haría eso!. 

Pues ya lo quiero ver, la ciencia económica hace rato descubrió que siempre habrá alguien dispuesto a hacerlo y eso es lo que cuenta, lo que basta para generar un equilibrio dinámico no deseado socialmente. Sino entonces porqué en los países desarrollados sobre todo, los jóvenes que egresan de las universidades desean con toda su alma trabajar en el mundo de las finanzas (bueno deseaban). 

Acaso no intuyen lo que van a tener que hacer? Claro que sí, pero es preferible actuar con racionalidad limitada y no hacer juicios de valor sobre ello, son los tiempos modernos. Así somos los seres humanos señores, por ello debe volverse a los fundamentos microeconómicos de las transacciones reales. Como bien señala Hernando De Soto, en un artículo muy interesante de hoy en América Economía en línea (*), la forma de volver a ello es la propiedad, definir claramente que respalda que y controlar el movimiento y volumen de esos documentos derivados y yo diría, incluso limitarlos a ciertos márgenes. Por ello, la crisis no es financiera, es de la creencia ingenua -o malintencionada- del accionar correcto del ser humano, en un juego donde la estrategia dominante es no serlo, al menos cuando no se define una autoridad que modifique los incentivos hacia un equilibrio paretiano.

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