viernes, 9 de octubre de 2009

EL NÓBEL DE ECONOMÍA 2009

Este lunes 12 de octubre, es decir en unas pocas horas más, sabremos que economista recibirá el premio Nóbel en esta materia. Las apuestas están listas y los nominados conocidos. Comentemos un poco de los dos que más se acercan este año, aunque ello no es determinante, sino recordemos, que el año pasado Krugman no aparecía entre los 5 primeros, pero sí Thomas Sargent (por su contribución a la macroeconomía dinámica) y Martin Feldstein (por su contribución a las Finanzas Públicas), que también figuran como nominados este año.

De puntero en la casa de apuestas británica Ladbrokes, se encuentra Eugene Fama, quien proviene de la Universidad de Chicago y que se hizo muy conocido en la década del sesenta por su demostración de la “Hipótesis de la eficiencia de los mercados financieros”. 

Es más, se le concede ser el padre de dicha hipótesis. Su modelo de los tres factores está basado en el concepto de aleatoriedad en el cambio de los precios, con lo cual desarma en el campo bursátil tanto el análisis técnico como el análisis fundamental. En el año 1992, Fama y otro nominado al Nóbel como Kenneth French, volvieron a hacer noticia cuando publicaron un estudio, que demostraba empíricamente que el famoso modelo del CAPM (Sharpe, 1964) para la determinación de la relación entre retorno y riesgo, que reinó durante 30 años en todas las oficinas de análisis financiero, tenía severos defectos predictivos (zise effect).

El que va segundo en la lista, es Paul Romer, conocido por su contribución a la teoría del crecimiento económico. La contribución de Romer, de la Universidad de Stanford, que es además una de las mas importantes dentro de la teoría del crecimiento, es la de reformular la ecuación de Solow de 1956 (modelo de crecimiento exógeno”), que aún sirve de marco de referencia en la teoría del crecimiento . La teoría planteada por Romer desde 1986, asigna un papel fundamental al capital humano como fuente de mayor productividad y crecimiento económico. En su trabajo, consideró el conocimiento como un factor de producción, con el que se incrementa la productividad marginal, lo que permite mejorar la situación de las empresas, y a su vez establece un crecimiento sistémico de la economía (Learning by doing). A este modelo se le denomina “de crecimiento endógeno”.

Este año el proceso de selección del ganador será más difícil, pues la crisis financiera mundial ha colocado en el escrutinio público buena parte de la teoría económica, en especial la teoría macroeconómica, sin embargo, entre los economistas que hace mucho esperan merecidamente este galardón se encuentran, además de Paul Romer, precisamente Robert Barro, Thomas Sargent y William Boumol, que han destacado en el campo macroeconómico.

Por el contrario, si la academia pretende premiar los nuevos estudios en economía, más allá de los parámetros tradicionales, puede que elija a Ernst Fehr quien trabaja en el campo de la economía experimental y es uno de los líderes en el emergente campo de la neuroeconomía.

La novedad de los premios Nóbel es que en la lista figuran dos economistas de origen Español, los barceloneses Jordi Gali por sus contribuciones al entendimiento de la política monetaria y Xavier Sala-i Martín por sus contribuciones a la teoría del crecimiento económico y desarrollo.

¿Cuál es mi apuesta? Aunque mi opinión puede ser sesgada, porque pertenezco a ese campo de estudio, considero que la parte de la economía que más grandes éxitos a logrado en las últimas décadas es la microeconomía, por ello, muchos de los últimos premios Nóbel han estado justamente en este campo, y pienso que este año no debería ser la excepción. El premio debería ser para Jean Tirole por su desarrollo en la Teoría de Juegos con énfasis en la Regulación.

Tirole es un economista francés de 54 años, doctor en Economía del MIT y director de la escuela de Economía de Toulousse. Él es uno de los economistas que más ha contribuido al entendimiento del moderno campo de la llamada “organización industrial”, que quizá debería llamarse “de estrategias y tácticas económicas”, pero resultaría demasiado largo, en todo caso “economía industrial” me parece un nombre más cercano.

Sus teorías han ayudado a entender cómo funcionan los mercados con competencia imperfecta y cómo se tendrían que diseñar las regulaciones eficientes. Si el mundo cada día entiende más que los mercados no son perfectos, entonces un mensaje profundo a los intelectuales de nuestra ciencia; complementario al que ya dio el año pasado al otorgar el premio a Krugman por su aplicación al campo de la Nueva Teoría del Comercio Internacional; sería premiar a Tirole. Su investigación destaca por haber influido en la toma de decisiones en la empresa privada y especialmente en entidades reguladoras del sector público.

Tirole ha estudiado también algunas de las causas que han derivado en la actual crisis, como los problemas de regulación de las instituciones financieras y la escasez de liquidez de los mercados.

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