lunes, 19 de diciembre de 2022

EL GOLPE DE ESTADO EN MARCHA: ACTORES Y ESTRUCTURA

 

"Mientras todos discutíamos sobre cosas intrascendentes, ellos seguían trabajando a todo motor, construyendo su estructura".





Luego de poco más 10 días de protestas en Perú, van quedando claro los actores identificados para un análisis político adecuado. Primero, en la base del conflicto, nos encontramos la mayoría de los ciudadanos (casi todos), hartos de autoridades ladronas e ineptas, eso es innegable.

Sin embargo, resulta un análisis muy simplista, porque en esa misma población, a una parte no le importa ni entiende cómo funciona la democracia y cuáles son los límites que provee que evitan que venga un dictador y nos quite la libertad. 

Para muchos, la democracia es sólo un estorbo para ganarse la vida como sea, aun faltando a la "ley". Para ponerlo en sencillo, no les importa que su mama les pegue, con tal que no los haga estudiar y no les prohíba fumarse el porrillo.

Tenemos entonces dos tipos de ciudadanos indignados, los de indignación ciudadana reflexiva y los de indignación ciudadana no reflexiva, donde, de los últimos tenemos a esos que despotrican de la corrupción del otro, pero cuando les llega su golpe de suerte, es decir les llega el momento de decidir sobre el dilema moral, deciden mal; y que podríamos decir que son indignados bipolares.

Entre las razones que justifican esa actitud y pensamiento autoritario y conducta moral bipolar o hipócrita tal vez, hay quienes anotan la pobreza (aunque en los últimos 20 años las condiciones de vida de la gran mayoría haya mejorado), el legado histórico autoritario, un sistema educativo ineficiente, etc.; pero de hecho eso sería largo de analizar y no es la finalidad de este artículo.

El segundo grupo de actores son las mafias ilegales, que trabajan en la economía subterránea, donde la que aparentemente más resalta es la del narcotráfico, pero donde está la minería ilegal, la tala ilegal, contrabando, etc. y todas aquellas que señala el magnífico libro sobre las economías de la criminalidad en el Perú[1]

Estos grupos, que se consideran así mismos como emprendedores audaces, tienen el interés de mantener sus actividades y para eso, no pueden permitir que haya orden en el país, contando con recursos (humanos y de capital) para movilizarlos. Sus hijos tienen que seguir estudiando en las mejores universidades del país y del exterior, no seamos giles, también piensan en el futuro de los suyos, sólo de los suyos.

Mientras mayor informalidad y desorden haya en el país, ellos pueden desarrollar sus actividades con normalidad, es más, si estas son apoyadas por un gobierno irresponsable, autoritario, ineficiente, mucho mejor; por eso el Estado y las instituciones deben ser desarmadas, o mínimamente inutilizadas. 

Para los más acuciosos, quizá por aquí podríamos encontrar el hilo conductor al apoyo de algunos presidentes de países vecinos, que algunos denominan ya de “narcoestado”. Pues eso es lo que está buscándose en el Perú, consolidar principalmente un narcoestado, sin vergüenza y sin roche como se diría criollamente. Una subestructura.

El tercer grupo, son algunas autoridades y líderes de colectivos locales con intereses particulares (esos grupos que se forman para organizar a la población de una comunidad donde falta el Estado, desde caseríos hasta grandes ciudades), siendo mayoritarios en los más pequeños. 

No en todas partes ocurre, la mayoría seguro son muy responsables con su comunidad, pero lo que sí muchas tienen en común es que actúan generalmente de forma autoritaria, disciplinan a la población al látigo y los adoctrinan en la ideología de que otros les roba su riqueza, y debido a ello son pobres.

Donde, además, son corruptas; se enriquecen y forman como una guardia pretoriana de las autoridades locales corruptas también, pero en una suerte de contubernio de desconfianza, es decir, participamos todos del botín, pero si te descuidas me quedo con tu parte. Constituyen parcialmente lo que en la superestructura Gramsciana serían la sociedad civil[2].

En ese escenario cabe preguntarse si el proceso de descentralización reprodujo la forma defectuosa de gobierno y corruptela, y la respuesta es que sí, pero por una reforma inconclusa, saboteada por cierto desde un inicio por muchos actores, no porque la concepción de descentralizar el país sea errada, sino por un proceso mal hecho.

Por cierto, esta es la base social de movilización sobre la que se asientan muchos partidos, principalmente de izquierda, por eso que, parecen partidos ambidiestros, tienen un discurso soft (acomodaticio al discurso democrático), pero actuando al final con el pensamiento de esas bases que son más radicales; y esta es la razón por la cual no pueden liberarse de ciertos conceptos desfasados.

Finalmente, en el cuarto grupo están los nuevos políticos, lo que en la superestructura Gramsciana serían la sociedad política, que han ido surgiendo generalmente de liderazgos locales, convirtiéndose muchos en autoridades regionales y municipales, y apoyados por las mafias locales, que los financian con objetivos de defensa puntuales, y todo lo extra que puedan sacar de beneficio. La cantidad de autoridades denunciadas por corrupción es evidencia clara de esto.

Muchos ya estaban allí en la escena política local y nacional (congreso) antes de las protestas, es más, han estado siempre allí, y en realidad no tienen bandera, son de izquierda, derecha, centro, no importa eso, su ideología es el dinero, así de simple.

Claro que el adjetivo de “nuevo” es importante, porque en algo son distintos a lo que había. Los anteriores no aspiraban a llegar al poder, solo mellarlo, corroerlo, lo suficiente como para continuar sus actividades ilícitas, porque en el escenario político el liderazgo es de lo formal o lo aparentemente formal, es el sutil acuerdo (disputa y entendimiento) entre el mercado formal e informal, entre el negocio grande y el residual (un modelo oligopólico de Stackelberg por el mercado basado en la producción, donde el liderazgo es determinado por la regulación). 

Ahora en cambio, han visto la posibilidad de hacerse con todo el mercado directamente, por eso también el odio y el deseo de destruir a las grandes empresas formales, y si son internacionales peor.

¿Por qué de dicho cambio? Porque ocurrió algo impensable, llegó al poder un títere manejado por varios de sus secuaces amigos, exautoridades locales corruptas y de nexos con exterroristas, convencidos ahora del camino gramsciano para la toma del poder y la instauración del despotismo, donde lógicamente, la democracia sigue siendo una pelotudez, un estorbo a desarmar gradualmente.

De hecho, además, desde el poder la cosa se ve distinta, las ganancias se pueden multiplicar varias veces y estos grupos políticos, se lo hicieron ver a los demás, se acercaron a ellos, los buscaron con todo el acceso y recursos que ahora te da el poder; compraron colectivos recibiendo dineros de varias formas que debe investigarse, los organizaron, les estaban construyendo una estructura donde asentarse. 

Mientras todos discutíamos sobre cosas intrascendentes, ellos seguían trabajando a todo motor, construyendo su estructura.

Este sistema que no es nuevo, es lo mismo que se construyó en Cuba, Venezuela, Bolivia, y en tantos otros lugares, y que parece que otros presidentes recientemente elegidos, si mi calculo político no me falla, van a comenzar a construir en sus países, si se los permiten y no terminan igual que el de aquí, porque además es coordinado internacionalmente por algunos Foros y Grupos famosos. Viejas recetas fracasadas, para viejos males.

Entonces ¿Qué llevó al dizque profesor a cometer ese delito de ir contra la constitución, si todo estaba en camino muy bien hacia el objetivo? Creo que se dio cuenta que lo estaban usando, y que tarde o temprano él sería quien pague los costos de la revolución (gracias Trotski, no nos llames nosotros te vamos a llamar), salvo que la estructura que ayudaba a construir ya estuviera consolidada. 

Por eso aceleró los viajes, los encuentros con colectivos, los tratos bajo la mesa, los programitas financiando nada, salvo el bolsillo de ciertos colectivos y creyó que ya estaba listo el cuy, para decirlo en la forma culinaria que tanto nos gusta en Perú.

Es decir, actuó por temor y porque en su ignorancia supina, pensó que era suficiente lo avanzado para tomar el poder absoluto y sortear así, las innumerables denuncias solidas que existen por corrupción de él, su entorno y su familia. Eso de malo tiene el poder, te encierra en una cápsula pensando que lo que haces es grandioso y pierdes de vista la realidad, pero se equivocó y hace falta mucho más. 

Por esa razón, la reacción de algunos de estos políticos seudo estrategas que andaban detrás de él, cuando se pronunciaron luego del autogolpe diciendo que “no tenía los votos”, que en buen cristiano quiere decir “te apresuraste choche, aun no era el momento”.

Aunque lo dejo para el final, no por eso es menos importante, ¿Qué ocurrirá de aquí al futuro en nuestro país?, bueno lo más probable que ocurra lo que se llama un repliegue táctico. 

En el pensamiento de los seudo estrategas políticos de esta estructura (aconsejada internacionalmente, así que no demos mucho crédito a los de aquí), con lo logrado trataran primero de mantener la unidad de su estructura medianamente lograda (las mafias no tienen paciencia), y eso implica mantener los pocos recursos que les quedan por ejemplo los que obtuvieron del proceso de elecciones, y por eso al momento de escribir este artículo, en bloque habían votado por no aprobar el dictamen de adelanto de elecciones), y utilizarlos para compra de lealtades y adoctrinamiento en provincias.

Pero ello se les dificulta, porque ya no fluirán los recursos hacia los colectivos que recibían de la caja estatal. La otra es convencer a las nuevas autoridades locales, corromperlas rápidamente, para que proporcionen el flujo de recursos necesarios, y designar una cabeza, es decir otro líder visible. 

Ya varios se han anotado para ello y no es casual que algunos se hayan “separado” del partido que los llevó al congreso (los GB); y que probablemente sólo sea parte de una estrategia conversada o no, eso no importa, es lo de menos entre los actores ideologizados.

Uno de ellos será el que finalmente se presente como el nuevo salvador, pero desde estilos distintos, uno trata de moderar su discurso, parecer conciliador, político “vivo” como le gusta a la gente, aunque en el fondo sabemos que sólo se aprendió cuánto es 0.5^-1 un día antes, y por cierto le costó mucho trabajo aprenderlo, lo cual usó para sorprender y ridiculizar a una periodista, pero que difícilmente tendría el mismo resultado con políticos más o menos formados.

El otro trata de ser el confrontador, el luchador social, vociferando y tratando de capturar al ciudadano violentista y achorado. Son dos estilos bien ensayados, todo trabajado, ya verán que estilo captura mejor a los votantes y mantiene la unidad, a la que, el otro se sumará obviamente. 

No descartan, por cierto, al outsider asesino de policías, salido recientemente de la cárcel y tampoco, ahora mismo, convertir en héroe de leyenda al encarcelado expresidente. Todo es válido.

¿Les dará resultado? A corto plazo, depende de lo que pase con el resto de los actores de la política, lo que hagan o dejen de hacer, y que nuevos actores surjan desde los diversos espectros políticos menos radicales. En realidad, está servido para los demás, pero lamentablemente no ha habido hasta ahora mucha sabiduría de los que están, e interés de los que saben.

A largo plazo de no tener éxito, continuarán con su afán, tratarán de conectar, mantener la unidad, seguir ideologizando en que la riqueza de uno depende de la pobreza del otro (ganar-perder), generando resentimiento y dependerá de los próximos gobiernos que surjan, cuanto espacio de acción les permitan. 

Un gobierno débil, o ingenuo (democracia boba) que crea que hay que dar espacio de dialogo ciego a todos, sin mejorar el sistema educativo y que no informe sobre las ventajas de la democracia, les facilitará el camino.

De lo que no cabe duda, es del resultado si alguna vez tienen éxito. Sobre vendrá la destrucción económica del país, un narcoestado, manejado autoritariamente, bajo una estructura de colectivos que se enriquecen y matan a todo aquel que se le oponga. La “Peruzuela” habrá llegado.


[1] Valdés, Ricardo, Basombrío, Carlos, Vera, Dante (2021). Las economías criminales y su impacto en el Perú. ¿Cuáles? ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿Dónde? Capital Humano y Social S.A. ISBN: 978-612-47258-2-1

 [2] La otra la constituyen los seudo intelectuales, que por cierto, no son importantes luego de tomar el poder, y pueden ser incluso desechados si se vuelven muy molestos.

lunes, 9 de mayo de 2022

LA VUELTA A LA VIEJA CONSTITUCIÓN MAFIOSA ESTATAL

 ¿Por qué le interesa tanto a cierto sector traerse abajo la constitución?

Porque les impide volver a viejas prácticas clientelistas, pero que esconden con mensajes que suenan bien, como que no existe la gratuidad de la educación o de la salud, o que no prohíbe los monopolios y concertación de precios, que, para un electorado desinformado, que probablemente no ha leído nunca la constitución, es fácil de aceptar.

De hecho, todo eso está consagrado en la constitución, pero es una forma de encubrir su real intención, que, si se mira bien, es engaño puro y duro, manifiesto. En el fondo se trata, como dice uno de sus lideres, de tomar el poder; para luego someter al pueblo. En tal sentido, analicemos el contexto desde la perspectiva del engaño, porque dudo mucho que pueda haber buena fe en esto, aunque sí, además, un desconocimiento gigantesco de cómo funciona la economía.

Lo que realmente les interesa son cuatro cosas fundamentales ligadas al régimen económico, que han impedido el asalto descarado del Estado como le gustaría a sus promotores, en los últimos 30 años: 

Subsidiaridad del Estado (artículo 60°).

Sólo por ley expresa, el Estado tiene autorizado realizar actividad empresarial de forma directa o indirecta, salvo por razón de alto interés público o de manifiesta conveniencia nacional. Es decir, que le otorga al Estado un rol fundamentalmente regulador, que lo debe ejercer el poder ejecutivo y que, de hecho, podría mejorarse.

Es más, el artículo 59° señala que el Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio e industria, y que el ejercicio de estas libertades no debe ser lesivo a la moral, ni a la salud, ni a la seguridad públicas.


El artículo 61°, para mayor abundancia, señala que el Estado combate toda práctica que limite la libre competencia y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios.

 

Entre estos tres artículos, se está otorgando las herramientas al poder ejecutivo para que pueda ejercer con eficacia ese rol regulador y de control, a través de INDECOPI; de los reguladores económicos como OSIPTEL, OSINERGMIN, etc.; y a través de los reguladores sociales que normalmente están en direcciones ministeriales u otras entidades como la DIGEMIN, DIGESA, SUCAMEC, SUTRAN, etc.

 

Que no lo hagan con la suficiente eficiencia que todos esperamos, no tiene que ver con la constitución sino con las personas, y eso no va a cambiar porque son los mismos peruanos ¿o acaso serán otros, más “sanos y sagrados” como solían decir de un prófugo expresidente?


En realidad, quienes quieren que se elimine este artículo desean un Estado interventor, que pueda crear empresas públicas para que sea su chacra, su botín y todos los demás paguemos la factura. Quitando ese artículo, el Estado ya no tiene qué justificarse para crear cualquier empresa. Así, quizá a alguno de la cúpula en el poder, le guste las empresas textiles y creen una empresa pública y compitan en Gamarra al costo (precio público) o incluso por debajo de este (precio político), destruyendo obviamente a las empresas privadas.


Contratos Ley. (Artículo 62°).

La constitución señala que mediante Contratos-Ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades, los que no pueden ser modificados legislativamente. Los conflictos derivados de la relación contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los mecanismos de protección previstos en el contrato o contemplados en la ley.

Este es un artículo que busca brindar garantías a la inversión extranjera. Si el Estado acepta que las controversias se sometan a árbitros internacionales, el inversionista de largo plazo (por ejemplo, de una mina o un pozo petrolero) puede tener un mayor respaldo del respeto de su contrato, y que no venga un despótico gobernante con sueños de mesías, a desconocerlos. Hoy en día estos contratos se firman si el Estado quiere, nada lo obliga; pero lamentablemente nuestra historia, esa que algunos añoran, está llena de episodios de cabeceo gubernamental y si no lo hace, se reducen los postores para la explotación de recursos.

En los últimos años, por cierto, cada vez se firmaron menos contratos de este tipo, porque comenzó a haber confianza en el respeto del Estado peruano. Los contratos Ley, además, existen en varios países del mundo que quieren atraer inversión brindando seguridad jurídica; y en nuestro país tienen su antecedente desde la constitución de 1940, así que no es un invento de la constitución vigente.

Quienes quieren traerse abajo este artículo, señalan que esto impide la modificación de los contratos por mutuo acuerdo, sin embargo, ello es falso, porque siempre se podrá modificar un contrato si ambas partes están de acuerdo, y eso lo sabe cualquiera que alguna vez alquiló una vivienda.

La razón detrás es más bien, que esto les otorgue el camino para poder nacionalizar empresas que explotan recursos naturales. Primer acto, el Estado solicita un cambio imposible a la empresa; segundo acto no se llega a un acuerdo en la controversia; tercer acto, realizan cambios a los contratos de forma unilateral; cuarto acto, la empresa protesta y se enfrenta al gobierno; quinto acto, nacionalizan la actividad por interés público. Ahora mismo como no tienen forma de quitarle la actividad a la empresa, vemos que se están creando conflictos sociales para lograr el mismo resultado, paralización y abandono de las empresas.

Igualdad de trato a la inversión nacional y extranjera (artículo 63°).

La constitución plantea que la inversión nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones; y que el Estado y las demás personas de derecho público pueden someter las controversias derivadas de relación contractual, a tribunales constituidos en virtud de tratados en vigor. Pueden también someterlas a arbitraje nacional o internacional, en la forma en que lo disponga la ley.

Lo que pretenden los que están a favor de la eliminación de este artículo, es simplemente brindar un trato favorable a empresas nacionales, como ya tuvimos antes, cuando se tenían elevados aranceles, donde lo único con lo que escribían los jóvenes en los colegios y universidades, era con un lapicero asqueroso que se paraba vaciando la tinta y se quebraba fácilmente, porque al empresario nacional que los producía, no le interesaba mejorar la calidad, en vista que contaba con un mercado cautivo, dado por sus amigotes en el gobierno.

 Prohibición del BCRP de conceder financiamiento al erario (artículo 84°).

Este artículo además señala, que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) tiene autonomía y su finalidad es preservar la estabilidad monetaria.

Ellos quieren un Estado gigantesco que le dé chamba a todos los partidarios, afiliados, y ayayeros, obviamente, como ya estamos viendo; sin tener los méritos suficientes, con un cartón bamba de universidad bamba, y por cierto con impunidad por si la malogran y matan a 200 mil con una dosis equivocada de medicamento, también como estamos viendo.

Eso significa que el banco central financie al ejecutivo, es decir desempolvar la “maquinita”, es decir la posibilidad de crear dinero, ¿o de donde creen que el BCRP va a sacar dinero para darle al ejecutivo?; lo cual, sólo sería con un gobierno oportunista, traernos de vuelta la hiperinflación que azotó estas tierras durante la década de los ochenta. La receta de desastre es conocida, justamente por eso se puso ese candado que evita, junto a la autonomía del banco, a correr el riesgo moral de la burocracia y la política.

Por suerte, la mayor parte de la población obtiene sus ingresos de forma honesta trabajando duro, y no está esperando el negocio sucio e ilegal, manejado por mafias, sobre todo en provincias, que se han aprovechado muy bien de los recursos dados por la explotación de los recursos de todos los peruanos.

En este sentido, estas propuestas están destinadas al fracaso, pero no debemos bajar la guardia que los mafiosos siempre estarán detrás vendiendo sebo de culebra.

 


jueves, 3 de junio de 2021

Sobre el Estado de Bienestar y el Socialismo Procomunista (*)

Sobre las elecciones en Perú, que lidera Pedro Castillo, con un Plan de Gobierno a lo Chávez en Venezuela, tengo la sensación de que muchos ciudadanos, confunden el llamado Estado de Bienestar, con un Estado Socialista Procomunista.

    El primero, busca tejer una malla de protección social mínima que comprenda salud y educación de calidad, seguro ante el desempleo, jubilación y vivienda digna, transporte asequible; a partir de que el Estado lo provea en mínimos aceptables. Sin embargo, esto se logra en una sociedad libre y en democracia, donde la iniciativa privada se promueve y para alcanzarlo todos pagan sus impuestos.

    El segundo, pretende que todos tengamos el mismo nivel de provisión de servicios, a partir de una inicial socialización de los factores productivos, en especial del capital, sin brindar importancia a la calidad. En este sistema lo más importante es poner énfasis en la redistribución para la equidad, aun cuando ello signifique una ineficiente asignación de los recursos.

    Es evidente que el sistema Socialista Procomunista es incompatible con la libertad económica, dado que promueve la propiedad y la administración de los medios de producción por parte del Estado, con el fin de lograr una organización de la sociedad, en la cual exista una igualdad política, social y económica de todas las personas que, es el comunismo.

    En Europa Occidental, que es frecuentemente referenciada, existen a lo más sistemas de democracias socialistas, como en los países nórdicos, pero que siempre están entre los 20 países con mayor libertad económica del planeta y donde el gasto social representa entre el 50% y 80% del PBI, cubierto con impuestos que son cedidos por los ciudadanos para lograr ese Estado de Bienestar. La mayoría de los países, no obstante, son más bien de capitalismo democrático con Estado de Bienestar, por lo que, en ambos casos, se promueve el libre funcionamiento del mercado sin abuso y del gozo del fruto del emprendedurismo. Valga decir, que en ninguno de los dos, existe la plena satisfacción de los ciudadanos con el sistema, porque las necesidades de los individuos son ilimitadas. 

    Entonces, los ejemplos de países socialistas procomunistas serían todos los países del antiguo bloque del Este con la URSS a la cabeza, que ya no existen como tales, y en el presente: Venezuela, Cuba, Corea del Norte, Vietnam, China y otros poco más. Algo en común es, que no existe ningún ejemplo exitoso de país socialista procomunista, salvo China, pero donde su crecimiento depende principalmente de su economía de escala. Y los demás, países pequeños, son todos fracasos.

    El Socialismo Procomunista, parte además de una premisa errada, que los seres humanos somos como abejas u hormigas, donde todas trabajan para el bienestar colectivo de la colmena o de la colonia, aún a costa de su propio bienestar, casi como en el imperio borg de la serie "viaje a las estrellas". Es decir, que los seres humanos podemos hacer sacrificio individual por el bien de todos, que normalmente es el bienestar del "pueblo", término ambiguo y por eso usado para justificarlo. 

    Pero claro, sus partidarios se olvidan decir en su narrativa, que hasta en las colmenas y colonias, llamadas sistemas eusociales, existen castas, y las abejas u hormigas reina se llevan la mejor parte, esto significa generalmente, más bienestar para la cúpula dirigente del partido gobernante y sus cercanos colaboradores, y esto bajo el supuesto que, en dichas sociedades, la abeja reina no piensa en sustraer nada del erario, cosa difícil en las sociedades humanas y que generalmente termina ocurriendo en todos los sistemas.

    Los seres humanos no tenemos conciencia colectiva innata, es decir de sacrificio permanente por la comunidad. Somos más bien seres que pensamos primero en nuestro propio bienestar individual, pero al mismo tiempo capaces de compartir lo que hemos logrado con otros y ser solidarios. Aun cuando existen situaciones donde sacrificamos bienestar por otros, como el que realizan los padres por sus hijos, o entre los amantes, esta se ve limitada a la existencia de una relación y siempre es voluntaria. Las actitudes altruistas son más bien ocasionales, por eso tenemos héroes. Esta cualidad de compartir, mejora, por cierto, conforme alcanzamos mayores niveles de bienestar individual, aunque su ritmo de crecimiento depende del nivel de egoísmo de esa sociedad en particular. 

    Así, el Estado surge para regular que ese ímpetu por nuestro bienestar individual no signifique abuso del mercado y una desigualdad humillante, y que el progreso sea compartido. Con esta finalidad, ese Estado recauda impuestos en un marco de contrato social, donde su carga fiscal debe corresponder con los servicios públicos recibidos, es decir que, para crear ese Estado de Bienestar, se requiere que los individuos aporten lo necesario. No se puede, sin embargo, creer que en un país con un alto nivel de informalidad y de evasión fiscal, se pueda sostener un Estado de Bienestar.

    Por otra parte, si el contrato social significa la extracción de los beneficios individuales, a través de una carga fiscal excesiva en unos pocos, sólo elimina el progreso, porque limita el incentivo, y ese es el germen de su propio fracaso. Todos queremos un Estado de Bienestar, pero también libertad económica para emprender y progresar.

    Ninguna de las opciones en estas elecciones asegura un Estado de Bienestar, pero no podemos equivocar el camino. En mi opinión, la vía del capitalismo democrático es la que permite presionar hacia el logro de ese objetivo de Estado de Bienestar, la otra simplemente no deja muchas opciones, porque por su naturaleza necesita de la coacción social, para reprimir las libertades individuales y lograr su “colaboración” en pro de un Estado todopoderoso.


(*)Artículo aparecido en Revista Éthica.pe